El jefe del Kremlin es un personaje de contrastes que determinará, para bien o para mal, el futuro del cristianismo y del mundo
Por Jorge Santa Cruz
Imagen ilustrativa: Mijail Klimentyev / Sputnik Mundo
La nación es el alma de cada pueblo, su esencia metafísica. Es la que da sentido a la vida en común. Y así como el alma de cada persona, el alma nacional debe estar orientada a la verdad, al bien, a la libertad, a la justicia y al respeto a los demás.
El nacionalismo es, por tanto, la expresión tangible (puesto que se puede ver y valorar desde el punto de vista ético) del tipo de alma que tiene cada pueblo. «Por sus frutos los conoceréis», dijo Nuestro Señor Jesucristo alguna vez a quienes Lo escuchaban:
Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. Los conoceréis por sus frutos. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Asimismo todo árbol bueno da frutos sanos, y todo árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede llevar frutos malos, ni un árbol malo frutos buenos. Todo árbol que no produce buen fruto, es cortado y echado al fuego, De modo que por sus frutos los conoceréis. (Mt. VII, 15-20).1
Permítasenos una analogía, basada en la prédica infalible de Nuestro Señor Jesucristo: las naciones son como árboles, cuyos frutos son buenos o malos según las acciones colectivas que llevan a cabo, sea por convencimiento, sea miedo a los gobernantes en turno.
El actual gobierno ruso que encabeza el presidente Vladímir Putin no es el que impusieron los comunistas en 1917 por medio del terror, las matanzas colectivas, los gulags, la persecución, la delación, la colectivización… No lo es, por mucho y que Putin haya servido en la policía política del régimen soviético (KGB), el cual se colapsó en diciembre de 1991.
Putin enarbola un nacionalismo consecuente con la práctica del cristianismo y que rechaza, en cambio, la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo. En su otra faceta, sin embargo, enaltece al Ejército rojo que contribuyó a la derrota del Ejército de la Alemania nacionalsocialista en 1945, y denuncia que Occidente quiere borrar a la milenaria cultura rusa.
Lo luminoso de Putin
Putin defiende el concepto natural de familia, el que se funda en el matrimonio que une a un hombre y a una mujer. El 13 de febrero de 2020, aseguró, por ejemplo, que mientras él sea presidente de Rusia no habrá matrimonio homosexual. La agencia de noticias rusa Sputnik Mundo difundió ese día un video de esa declaración.2
Se debe reconocer también que Putin está abierto al cristianismo, en especial, al que profesa la Iglesia Ortodoxa rusa.
Una nota difundida por Sputnik Mundo el 28 de abril de 2019 reprodujo parte de la felicitación de Putin a los fieles ortodoxos con motivo de la Pascua. Leamos:
Esta antigua fiesta cristiana durante siglos llena a todos de alegría y esperanza, así como de fe en el triunfo de la vida y el amor, simbolizando el vínculo inextricable que existe entre las épocas y las tradiciones espirituales que sirven a la unidad de nuestro pueblo.3
La referida nota consignó, además, lo siguiente:
El líder ruso puntualizó que la Iglesia Ortodoxa rusa y otras confesiones cristianas desempeñan un papel importante en la conservación del rico patrimonio histórico y cultural del país, así como velan sinceramente por el fortalecimiento de los valores de la familia y la educación de la joven generación.4
Llama la atención que Putin encomie el papel desempeñado por la Iglesia Ortodoxa rusa y otras confesiones cristianas «en la conservación del rico patrimonio histórico y cultural del país». Vistas así las cosas, el número 1 del Kremlin considera que Rusia está por encima de la verdad revelada.
Se debe reconocer, por otro lado, que Putin se enfrentó directamente al globalismo y al brazo armado de este: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Y que lo hizo a sabiendas de que el poder de las élites occidentales es avasallador.
El presidente ruso declaró el viernes 25 de marzo que los países occidentales intentan cancelar a la milenaria cultura rusa. La agencia Sputnik Mundo reproduce de manera textual parte de sus palabras:
Hoy están intentando cancelar todo un país milenario, nuestro pueblo. Me refiero a la discriminación progresiva de todo lo relacionado con Rusia (…) a esta tendencia, que se está desarrollando en varios Estados occidentales y con la plena connivencia, y a veces incluso el aliento de las élites gobernantes.5
La nota de Sputnik Mundo agrega:
Según Putin, ahora en Occidente se están prohibiendo las obras de escritores y compositores rusos, lo que se puede comparar con la actuación de los nazis en Alemania durante la época de Hitler.
Además, los países occidentales en sus películas niegan la contribución decisiva del Ejército Rojo a la derrota del fascismo, subrayó el mandatario ruso.
Sin embargo, Putin expresó la esperanza de que la verdad encuentre su camino a través de la fuerza unificadora de la cultura.6
Lo oscuro de Putin
Se entiende perfectamente que Putin quiera colocar a Rusia como una superpotencia. Lo que es contradictorio es que rinda homenaje al Ejército Rojo cada vez que puede o quiere.
Su revisión de la historia es muy singular, pues soslaya los crímenes cometidos desde Lenin hasta Gorbachov.
Es cierto que el globalismo quiere borrar a Rusia; como también quiere hacerlo con Europa, América, Asia y África.
Lo que resulta incongruente es que Putin denuncie la discriminación contra su milenario país y soslaye, por ejemplo, que el jefe de la propaganda soviética Ilya Ehrenburg decía que los alemanes eran subhumanos. Si esto no es discriminación ¿qué lo es entonces?
El historiador estadounidense Alfred M. de Zayas documentó que Ehrenburg publicó en 1943 un libro titulado La guerra en el que escribió, entre otras arengas, la siguiente:
Los alemanes no son seres humanos. De ahora en adelante el mundo alemán significa para nosotros el juramento más terrible. De ahora en adelante, el mundo alemán nos llama la atención. No hablaremos más. No nos emocionaremos. Mataremos. Si no has matado al menos a un alemán al día, has desperdiciado ese día… Si no puedes matar a tu alemán con una bala, mátalo con tu bayoneta. Si hay calma en tu parte del frente, o si estás esperando el combate, mata a un alemán mientras tanto. Si dejas vivo a un alemán, el alemán ahorcará a un ruso y violará a una mujer rusa. Si matas a un alemán, matas a otro: no hay nada más divertido para nosotros que un montón de cadáveres de Alemania. No cuentes los días, no cuentes las verstas [medida de longitud rusa que equivalía a 1.067 kilómetros]. Cuenta solo el número de alemanes asesinados por ti. Mata al alemán; es la petición de tu abuela. Mata al alemán; es la oración de tu hijo. Matar al alemán; son los gritos de tu patria. No te pierdas. No lo dejes de hacer. Matar.7
De Zayas, quien de ninguna manera puede ser calificado de pronazi, documenta cómo los soviéticos, por ejemplo, violaban a las mujeres alemanas y las crucificaban desnudas en automóviles o en las puertas de sus casas.8
Conclusión
Las élites occidentales globalistas quieren, en efecto, la caída de Putin y el sometimiento de Rusia. Esto, sin embargo, no vuelve perfecto al presidente ruso. El actual jefe de Estado ruso tiene la oportunidad de exhibir los crímenes cometidos por los soviéticos y desmarcarse ideológicamente de ellos.
Sus procedimientos políticos suelen ser contradictorios: utiliza la bandera imperial rusa, pero exalta las victorias del Sóviet.
El emperador romano Constantino venció con la señal de la Cruz; Putin puede hacerlo también. Hoy tiene de aliado al régimen comunista chino, mismo que pretende convertirse en la primera potencia del mundo en el 2050. Y el comunismo es enemigo declarado del catolicismo (incluido el ortodoxo).
Putin enfrenta la disyuntiva de ser un falso profeta o un presidente genuinamente cristiano. La Virgen María pidió en Fátima que la nación rusa, entonces sometida al comunismo, fuera consagrada a su Corazón Inmaculado para que dejara de esparcir sus errores y sus horrores. En el siglo XX, no se hizo. Hoy, Jorge Mario Bergoglio, papa del globalismo, lo ha hecho como parte de la campaña propagandística contra el actual gobierno ruso.
En síntesis: no basta que Putin sostenga algunas posturas correctas; todo en él debe ser congruente. Su misión es conducir a la nación rusa a la verdad, al bien, a la libertad, a la justicia y al respeto de los demás.
A los humanos, se les puede engañar; al Dios único y verdadero, no. «Por sus frutos los conoceréis».
Referencias
- Juan Straubinger. «Biblia comentada». (Evangelio según San Mateo. Capítulo VII, 15-20).
- Sputnik Mundo. «Vladímir Putin hace una distinción entre la familia y el matrimonio». Video en Facebook. (Fecha de publicación: 14 de febrero de 2020). Consultado en https://www.facebook.com/sputnik.mundo/videos/182176263100233/
- Sputnik Mundo. «Putin felicita con motivo de la Pascua a los cristianos ortodoxos». (Fecha de publicación: 28 de abril de 2019). Consultado en https://mundo.sputniknews.com/20190428/putin-felicita-con-motivo-de-la-pascua-a-los-cristianos-ortodoxos-1086961351.html
- Íbid.
- Sputnik Mundo. «Putin denuncia el aumento de la discriminación de todo lo relacionado con Rusia en Occidente». (Fecha de publicación: 25 de marzo de 2022). Consultado en https://mundo.sputniknews.com/20220325/putin-denuncia-el-aumento-de-la-discriminacion-de-todo-lo-relacionado-con-rusia-en-occidente-1123575335.html
- Íbid.
- Alfred M. de Zayas. «Nemesis at potsdam. The anglo-americans and the expulsion of de germans». Londres y Boston: Routledge y Kegan Paul): 1979, páginas 64-65. Edición digitalizada por Fundación Kahle/Austin. Consultado en https://archive.org/details/nemesisatpotsdam0000deza_i0i9/mode/2up
Muy señor mío:
Comprendo su perplejidad ante la que Vd. juzga contradicción, y yo dicotomía (diría «tricotomia», por el ensalzamiento estratégico de la «democracia») del «Zar» encubierto, Excmo. Señor W. Putin.
Deseo contribuir a esclarecer la cuestión. En primer lugar el nuevo Zar es militar, en segundo lugar está habituado a métodos típicos del servicio secreto estatal, eso significa que sus discursos y manifestaciones ideológicas se asemejan a las del Caudillo y General Franco, cuando hablaba de los yankis, ocultamente (y no tánt) estando (lo sabemos) de acuerdo con la Doctrina del Capitán General de la Armada, Excmo.Sr. Carrero y Blanco, en su libro «Las Torres de Babel», ideario que mantuvo tuda si vida y le costó la vida, aplastada por la torre yanki, que él afirmaba masónica. Publicó el libro, bajó pseudónimo de «Juán de la Cosa». Con su nombre recibió al judío sionista yanki Kissinger, y hacía política utilizando, a veces, el lenguaje, con estrategia y táctica militares aplicadas, en que el camuflaje y la falsa información al enemigo son procedimientos marciales comunes, en una situación de guerra, o similar.
Putin dice que la disolución de la Unión Soviética fue una catástrofe para Rusia, y es evidente que lo fue, no por la pérduda de hegemonía del Leninismo en Rusia, sino por las consecuencias geopolíticas genéricas. En Polonia se instaló el Cuartel General de la OTAN, y misiles nucleares apuntando al territorio y pueblo rusos, y ésto sólo a título de ejemplo. Como estratega marcial no ha menester despotricar contra el Marxismo, todo el mundo (ruso) sabe, y en «petit comité», que Putin no es Comunista, eso basta, y no lo es, porque piensa que el comunismo no es bueno, o es de por sí y ha sido muy malo. En cuanto a las alianzas internacionales con países mahometanos y otros de Izquierda más o menos comunista, el General Franco favorecía, discretamente, a Cuba contra los yankis, y toda ayuda o apoyo extranjero es militar y diplomáticamente útil, bienvenido. Pero Putin no es de Izquierda, ni quiere favorecer a sus aliados en cuanto izquierdistas, sino en cuanto a sujetos físicos materia de apoyo para Rusia. Típico militar.
En el Siglo XX Juán Pablo II consagró Rusia al Sagrado Corazón de María, me consta por medio de mi íntimo amigo, de que fui Vicario General para España e Hispanoamérica, Su Excia. Rvma. Mons. Pavol Hnilica, jesuita checo, amigo personal de Woytila, con quien almorzaba y departía a menudo.
En cuanto a lo de democracia, una pantalla para enemigos que no creen en ella, pero la enarbolan como religión para subyugar y explotar.
Y estar contra los Nazis, no digo Nacionalsocialistas, es lógico y natural, en cuanto Putin piensa en aquella invasión del Territorio ruso, y en la guerra de Rusia contra el Reich «invasor», no liberador. Que ensalce al ejército rojo, yo, anticomunista, también (quitando a los comisarios políticos y algo más), basta pensar en las batallas de Kursk y Stalingrado. Murieron 20 millones de rusos, en combate, y a resultas.
Tras lo dicho creo que se explica el discurso plural y polivalente del Coronel de Inteligencia militar Wladimir Putin, «Cristiano» y, alguno dice que: Masón de una sociedad secreta no del tipo francmasónico.
Atentamente sss.
Ricardo de Perea y González, Presbítero.
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Muy apreciado Don Jorge:
No aparecen las notas a pié de página, numeradas a lo largo de su artículo.
Permítame, se lo ruego, nuevas observaciones y abunde en algunas consideraciones hechas en mi comentario anterior.
Que el Cristianismo – el verdadero (catolicísmo, que para ser tal ha de no oponerse en nada a la Fe auténtica) – y otros determinados, menoscabados, contribuyan al Bien Común de una nación o país no implica que la nación o el país estén por encima de la Fe y la Religión vivida en lo que tiene de bueno, siendo así que el Catolicismo verdadero es enteramente bueno, y la Fe, como premisa mayor, sólo puede dar buenos frutos, salvo si es impedida, en su Integral eficacia, por la premisa menor que excogite su sujeto físico individual.
El actual estado chino, aunque mantenga oficialmente los símbolos marxista-leninistas y maoistas, no es marxista en su economía, teniendo en cuenta que la economía leninista es central en el comunismo bolchevique. Tolera religiones, aunque es oficialmente laicista, de manera semejante a la República francesa. El laicismo impone que toda religión (salvo la suya inconfesa como tal, encubierta) se profese y practique solo en ámbito privado, y reclama la superioridad de la jurisdicción estatal sobre toda otra o cualquiera otra que individuos o súbditos afirmen, lo que lleva a que el Estado se considere dogmáticamente, con su propia ideología ética (y siempre antiética en mucho), con el derecho absoluto a exigir e imponer sumisión total a todos sus súbditos, también a los católicos y también cuando mande algo deshonesto, o inmoral. Nada nuevo bajo el sol. De hecho el Estado español pseudodemocrático, que nos tiraniza, aun titulándose «aconfesional» (no :»laico»), y prescribiendo la especial colaboración con la Iglesia Católica se comporta, en asuntos de máxima gravedad, como Estado laico y anticatólico, opuesto a las condenas que de sus políticas mantiene la Iglesia, y no hablo de la fementida que se esconde tras el nombre y opera con el poder práctico que le permiten los cargos eclesiásticos que ostenten.
China, Irán, Siria, Venezuela, Cuba, Corea del Norte … tienen en común la determinación de ser realmente soberanos, independientes de judeoyankikandia. Se trata de una voluntad que no dimana necesaria y directamente del marxismo-leninismo, ni del Islam. El derecho a la autodeterminación y soberanía «de los pueblos», un derecho que los modernos ponen como apriori, pero que, en todo caso, no se posee o ni puede ejercerse sin lucha y defensa armada, no nace de un economismo ateo y teóricamente proletarista (digo «teóricamente», porque es tan absurdo que resulta imposible, impracticable, siempre resultan élites y estratos sociales); tampoco lo origina el Islam de por sí, que propugna su imperio mahometano sobre el mundo, pues niega, a «los infieles», el derecho natural, y el religioso, a gobernar, sobre todo a gobernar sobre musulmanes, o a oponerse al Califa, la meta mundial de esa religión, cuya sociedad particular, donde se forme, procurará gobernar sobre los autóctonos no mahometanos, al menos intentará adueñarse del territorio en que predominen, o querrán reservarse un trozo (si no pueden alcanzar lo anterior), como Paquistán, en la India, o algunas islas en Filipinas.
Rusia sigue la norma de la no ingerencia «en asuntos internos» de los paises extranjeros, además es, por lo menos a corto plazo, más barato. Otra cosa son los aliados de guerra, potencial, o ya en curso. Lamentablemente, pués, no logra influir lo suficiente como para librar de la miseria moral, política, administrativa y consecuentemente económica, a sus países amigos, con regímenes comunistas con mayor o menor dependencia del marxismo-leninismo. Le resultaría mucho más útil un país próspero como socio, que uno sumido en la ineficiencia y la miseria.
El hecho es que la sociedad humana de la gran izquierda, antiyankiglobalista, se alinea con Rusia contra el principal enemigo exterior de ésta en lucha por su soberanía, prosperidad y seguridad, implícita la militar. Y a la misma trinchera son marcialmente bienvenidos combatientes de un mismo frente material. Lo hicieron Hitler, la Wehrmacht y las SS, con sus unidades extranjeras, en que había de todo, mahometanos y hasta más de 100.000 judíos, contra el imperio inglés y contra el bolchevismo que amenazaba efectivamente a Europa y al mundo.
Al no marxista Coronel Putin, probablemente no fue de veras nunca marxista ni leninista, no le interesa, en la actual estrategia frente a terceros y principales enemigos radicales, malquistarse con los equivocados izquierdosos. Su función no es la de un clérigo predicador eclesiástico, que haberlos háylos, sino la de Jefe de Estado y Jefe Militar de un pueblo, súbdito suyo, no de otros pueblos. Si es cristiano, lamentará que dichos pastores no predominen en los países aliados suyos, pero como militar político y Jefe de su Diplomacia, ha de abstenerse de manifestar directamente ese lamento, que puede fácilmente ingerirse de la manifestación, que hace, de la bondad y provecho para el pueblo y para Rusia, «del Cristianismo», también el profesado por la llamada Iglesia Ortodoxa rusa, y la católica oriental, la cuál celebra en los ritos de San Juán Crisóstomo y San Basilio, unidos a una fuerte tradición prevaticanosegundista, resistente, en política exterior, al Neovaticano, coaligado con el sionismo occidental de Judeoyankikandia, Inglaterra y la U.E. .
Por órden de «el nuevo Zar» y Generalísimo de los ejércitos de la Santa Madre Rusia, se llevó a cabo una difícil y compleja investigación científica para hallar los restos mortales de Nicolás II y su familia, asesinados por los bolchevikes. La «Iglesia Ortodoxa rusa» les cerebró solemnes funerales, a los que sin embargo no asistió Putin. Se entiende ya ¿No?. Genio y figura hasta la sepultura. Sigue siendo, en cierta medida y peculiar manera, el «agente secreto» que fue. Un espía nunca debe definirse como para resultar blanco nítido para el enemigo, tampoco para «el amigo». Al espía se le exige sumisión o lealtad, no que haga de ideólogo tratadista, a menos que se trate de una labor con función material de servicio a una misión de inteligencia militar, en que, por ejemplo, el espía se haga pasar (siéndolo) por científico, ideólogo, o profesor. He dicho «y para el amigo», porque no es raro que se obre como agente doble, a veces sabiéndolo ambas partes en lid, de modo que el espía ambivalente podrá permanecer ileso si lo que da al enemigo es soportable y cada parte que lo sabe piensa que vale la pena la fuga informativa, si la ganancia, con lo aportado, de información sobre el enemigo, es mayor, y suficiente al efecto.
Dice, al enemigo, que Rusia ha hecho mucho para derrotar al fascismo, sabe que sus mortales adversarios sin antifascistas, como sabe que los actuales fascistas lo apoyan y no son tontos, sabrán entender el la maniobra. Porque el régimen de facto en Rusia es más próximo al Fascismo que a todo régimen qué provenga de la Revolución francesa, o la bolchevique, y la repristinación oficial del escudo imperial ruso, cristiano, con la bola del mundo o
presidida por Cruz, con SanJorge en el centro del emblema, a caballo, y lanceando al Diablo en forma de dragón, no es casual, «intelligenti pauca».
Hablemos un instante «a lo Putin», a su estilo, pero como observador crítico veraz : Stalin tenía razón en que tuda Europa debía estar unificada, Europa incluida Rusia, Europa dentro del mismo imperio ruso, una vez fracasada la unificación que estaba llevando a cabo el Fascismo europeo, con Alemania a la cabeza. No lo consiguió en Yalta, agurtunadamente. Pero, abstrayendo del Leninismo staliniano, geopolíticamente en el plano genérico, era «natural», lógico. Stalin no quería dominio americano alguno sobre Europa, Judeoyankilandia, de otro Continente geográfico, quería, y lo consiguió con sus malditas bases militares, dominio político militar sobre Europa Occidental. El enemigo judeoamericano sionista perverso lucha contra la tendencia natural cultural y continental de Europa, a unirse fuera de la hegemonía de ese monstruo exterior, lamentablemente con mucha raza oriunda de Europa. Aspiramos a una unidad de patria Imperial propia, íntimamente, constitutivamente, propia, a una unidad de pueblos hermanos y países libres y soberanos, comprometidos al bien común de la patria plural pero unida, unificada en el imperio que abarca las estirpes mediterránea y nórdica o germánica, sin exclusión de eslavos. El resto es imperio material, de país o nación, cómo mucho. Muy probablemente esa unificación no tendrá lugar, los chinos aprenden rápido, y son aliados contra el intruso, pero tienden a dominar todo el mercado europeo, y se perfila como potencia potencialmente dominante sobre el continente europeo. Si algo puede oponerse a la decadencia final de Europea occidental, para que se desvincule del monstruo anticristiano de ultramar, y no sea sierva de China, es Rusia. La Europa íntegra, occidental y oriental, con Rusia, y amiga de China, o pueblo chino, es el futuro ideal, una Eurasia bien avenida. Pero ni aquel monstruo, principal bastión preistador del reinado del Anticristo, ni la pérfida Albión, lacaya de aquél, están dispuestos a consentirlo.
En cuanto a racismo, nazis y bla, bla, no hay más endémicos orgullosos euetnistas que los eslavos puros. Esta todo dicho.
En efecto «por sus obras los conocereis», no «por sus palabras», las del Coronel y Jefe de Estado ruso Putin, al menos no por todas ellas. El polifacético personaje requiere de un discernimiento pico común.
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Muy apreciado Padre:
Gracias, primero, por hacerme ver que faltaban las referencias a pie de página. Ya las puse.
Por lo que hace a su muy interesante exposición, me permito comentarlas una por una:
a) Estoy de acuerdo con usted: ninguna nación o país debe estar por encima de la Fe y la Religión vivida. La percepción que tiene su servidor sobre el particular es que la Fe y la Religión están supeditadas a la agenda del Estado.
b) Acerca de China, su servidor propone la hipótesis de que el modelo chino es el que quieren imponer al mundo: férreo control comunista y explotación humana para beneficio del supracapitalismo. En cuanto a la cuestión religiosa, el «laicismo» chino se comporta igual que el de la revolución Francesa.
c) España, en la actualidad, aplica el programa antirreligioso diseñado en las logias e inspirado por las élites. (Rockefeller, Rothschild, Soros, etc.).
d) La concepción de «soberanía nacional» de la izquierda, curiosamente, se basa en los tratados de burgueses y pequeñoburgueses como Engels, Marx, Lenin, Trotsky…
e) En efecto, a Rusia «Le resultaría mucho más útil un país próspero como socio, que uno sumido en la ineficiencia y la miseria».
f) Coincido absolutamente con usted en la necesidad de una Europa unida, custodia de la verdadera Fe, libre (y lo digo con toda intención) de la «libertad, la igualdad y la fraternidad» masónicas.
g) De igual manera, coincido con usted en que Putin es un presidente con formación de espía, pragmático y claro en sus objetivos.
h) Discrepo respetuosamente de usted en el tema de Stalin: este, sin el apoyo del lobby sionista enquistado en Estados Unidos, habría sucumbido ante el poderío de la Alemania nacionalsocialista. Hitler hizo de su país una potencia en seis años; la dictadura de Stalin sumaba 15 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Stalin anhelaba hacerse con el poderío científico y tecnológico alemán, cosa que logró en parte (gracias a Truman, Churchill, Eisenhower, etc.).
i) Finalmente: suscribo plenamente lo que usted escribió: «Si algo puede oponerse a la decadencia final de Europa occidental, para que se desvincule del monstruo anticristiano de ultramar, y no sea sierva de China, es Rusia».
j) Putin es un jefe de Estado, no un predicador. Por sus obras, lo conoceremos. Su servidor espera que sean obras buenas, inspiradas por la infalible enseñanza de Nuestro Señor Jesucristo y la asistencia del Espíritu Santo.
De nuevo, gracias por sus comentarios.
Reciba un fuerte abrazo desde México.
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Disculpe las erratas.
Las últimas : preistador (preparador); pico (poco).
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Erratas:
ingerirse. Es: inferirse . sin antifascistas. Es: son … ; sabrán entender el la maniobra. El «el» sobra. Sigue un «qué» que debe no llevar acento. mundo o . La «o» sobra. agurtunadamente. Es : afortunadamente. preistador . Es: preparador. pico . Es: poco.
Las otras son obvias.
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Muchas gracias, estimado Padre. Abona a la claridad.
Reciba un respetuoso abrazo.
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